Terapia Gestalt: un nombre extraño, oigo decir una y otra vez. Elegir esta palabra alemana «Gestalt» para designar una psicoterapia fue para mí, como alemana de nacimiento, algo misterioso durante mucho tiempo. Una «Gestalt» puede ser en alemán una figura que no se puede definir realmente, que no tiene contornos claros. En el contexto de la psicoterapia, nos referimos más bien a una necesidad importante que pasa a primer plano en la conciencia de cada persona. En mi vida, me encuentro una y otra vez con estas «figuras» o «gestalten» que aparecen ante mí, desaparecen y luego vuelven a aparecer. A veces me doy cuenta y me pregunto: «¿Otra vez me tiene que pasar esto?», o «¡No puede ser, ahora me vuelve a pasar otra vez!». En otras situaciones, ni siquiera me doy cuenta. Simplemente no le presto atención, porque, por ejemplo, no me parece importante, o porque me molesta y no me viene bien en ese momento. Así que lo dejo a un lado. ¡Se me da muy bien!
En mi vida siempre hay una necesidad que está más presente que otras. Si esta necesidad se resuelve, puede pasar a un segundo plano y «desaparecer». Sin embargo, si no se resuelve, pasa a un segundo plano sin resolverse, ya que es posible que otra necesidad sea más importante y pase a primer plano. Así, en la imagen de esta entrada se puede ver tanto la flor y la mariposa en primer plano como el rostro femenino y delicado. Estas figuras me ofrecen la oportunidad de reconocerme a mí misma. De reconocer lo que necesito, cuándo y para qué. Pero solo si me enfrento a ellas. Entonces puedo ver cómo puedo hacer mi vida más fácil y reconocer con alegría, humor y amor cómo soy.
Otra explicación de por qué la terapia Gestalt lleva ese nombre se remonta al verbo alemán «gestalten», que significa «dar forma» a un todo con sentido. No hay cualidades sensoriales aisladas que se perciban como elementos individuales.
Los elementos individuales se conectan en la percepción como totalidades con el mayor sentido posible, «formas». La percepción, la vida social y la propia existencia son siempre expresión de un significado complejo. El
«todo» es más o diferente que la suma de sus elementos individuales. En este punto radica la mayor diferencia entre la terapia Gestalt y las terapias empíricas.